Contamos con muchas dudas y pocas certezas en estos tiempos. Tal vez lo que podemos asegurar es que pocas cosas serán como antes en el mundo laboral; ya que, de hecho, muchas de ellas llegaron para quedarse.

Son tiempos, por lo tanto, que fuerzan a las Pymes a resignificar sus modelos de negocio, el diseño de su estructura, la incorporación y/o adecuación de procesos y tecnología, la forma de relacionarse con clientes y proveedores, la actualización de sus formas de definir y medir el
cumplimiento de objetivos, y muy en especial, de potenciar el desarrollo de su capital humano.

El mundo cambia; por lo tanto, cambian conceptos y sus consecuentes formas de gestión, las que parecían hasta hace poco tiempo, verdades absolutas. Es tiempo, entonces, de revisar dichas formas de gestionar, para sobrevivir en un contexto, ya no de crisis, sino de ruptura,
que obliga a escribir la hoja en blanco, y en donde no solamente cambiaron las reglas del juego…. ¡cambió el juego!!

1. ¿Retener talentos o fidelizar voluntades?
Es un escenario global, donde los empleados de una empresa, se perciben cada vez menos como tales, y más como empleables del mundo. Las Pyme, por tanto, deberán migrar de la “retención” hacia la fidelización de voluntades. El home office ha demostrado que no alteró la
productividad de las personas, y éstas, han logrado un cierto equilibrio entre trabajo y tiempo personal. ¿Servirá “retener” talentos como si nada hubiese pasado?

2. ¿Recursos propios o “a demanda”?
Las estrategias empresariales del futuro (que ya llegó), lejos estarán de elevar costos y de  poseer estructuras “paquidérmicas” que los generen. Sus recursos estarán fuera de la Organización y resultarán de inmediata accesibilidad. Esto resultará un factor crítico de
agilidad y toma de riesgos más eficiente y, sobre todo, efectiva.

3. “¿Cliente promedio” o Marketing Relacional?
Será cada vez menos rentable ejecutar acciones de Marketing pensando en el “cliente promedio”. Los consumidores han dejado de tener un rol pasivo, para ser cada vez más activos, y en ciertos casos, contando con información y experiencias, terminan definiendo el
producto/servicio que desean consumir. Para Fred Newell, padre del Marketing Relacional, rangos etarios, sexo, ubicación geográfica y demás datos duros ya resultan obsoletos para segmentar “leads”. El conocimiento de sus necesidades, sueños, deseos y cuánto estarán
dispuestos a pagar, será la estrategia clave para diseñar acciones dirigidas de Marketing.

4. ¿Dato o información?
Un activo considerado “intangible”, cobra protagonismo: la información, y esta será la “estrella” que redoblará el valor de la organización. Su administración exige desarrollar cuadros de mando con métricas actualizadas. De hecho, en Organizaciones para las que nos toca trabajar, los KPI (Key Performance Indicators), fueron sustituidos por métodos como el OKR (Objectives and Key Results). Las métricas, por lo tanto, serán funcionales a los objetivos, más que nunca.

Apenas algunas resignificaciones que las Pyme deberían considerar, para convivir en, y con un escenario, donde los tiempos entre sorpresa y sorpresa, cada vez serán más acotados.

 

 

Jorge Fernández Belda – Consultor Empresarial

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