Popey, que comenzó a operar la semana pasada, es una plataforma que permite alquilar desde tablas de surf hasta kayaks y barcos con o sin capitán.

«El mar, una vez que lanza su hechizo, mantiene a uno en su red de maravillas para siempre», dijo una vez el francés Jacques-Yves Cousteau, incansable explorador de los océanos. Una sensación similar tuvieron los emprendedores uruguayos Daniel Cleffi y Emiliano Bar, que han vivido bajo el encanto de las aguas desde muy chicos. El primero es exoficial de la Marina y corredor de regatas, mientras que el segundo nació y vivió parte de su infancia encima de un velero.

El germen de la idea apareció durante un viaje a Brasil en 2016 en el que Bar intentó sin éxito alquilar una tabla de surf. Cuando regresó, habló con Cleffi sobre la noción de crear una plataforma que permita poner este tipo de experiencias al alcance de cualquier usuario. «Nos pareció una buena idea», dijo a LA NACION Cleffi. «No existía ninguna solución tecnológica a nivel regional, sí había experiencias en Europa y Estados Unidos pero de México para abajo, nada», agregó.

Así nació Popey, proyecto que ambos llevaron a la Agencia Nacional de Investigación e Innovación uruguaya (ANII), que les dio US$5000 de capital semilla para validar el modelo de negocios. A esto se sumaron US$25.000 para el desarrollo de la plataforma. Sin embargo, por un retraso en la liberación de esos fondos, finalmente la financiaron con US$30.000 de FFF (como se conoce en la jerga a «amigos, familiares y tontos»).

Con el dinero obtenido comenzaron a realizar encuestas, que revelaron que persistía la creencia de que muchas de las actividades marítimas que buscaban promover, como el alquiler de botes o los paseos en yates, eran consideradas clasistas y exclusivas para personas familiarizadas con el ambiente marítimo.

Popey busca desterrar esa falacia. La meta es que las personas que tengan tablas de surf o embarcaciones de cualquier tipo puedan alquilarlas de forma segura a usuarios sedientos de una aventura acuática . «El costo de mantenimiento anual de un barco es el 10% o 15% de su valor y la mayoría lo utiliza solamente unos 20 días al año. Es un juguete muy caro para tenerlo parado ahí», afirmó Cleffi, quien calcula que en nuestro país existen alrededor de 100.000 embarcaciones.

«Buscamos estar en el top of mind para la gente que quiera hacer algo en el agua», agregó. Esto involucra la posibilidad de contratar travesías con o sin capitán (para lo cual se deberá gestionar un permiso especial), participar de fiestas a bordo de un barcoo tomar clases de navegación, entre otras. «Está pensado para todo el año, no solo el verano. Puede usarse durante un finde lindo en julio o septiembre o para viajes de pesca», añadió.

La versión web de Popey está disponible desde el viernes pasado y la aplicación móvil para Android e iOS llegará a mediados de enero.Los dueños de las embarcacionespueden publicar de forma gratuita y son los que disponen los precios (el alquiler de tablas de surf cotiza US$7 la hora y el paseo en yate, US$40), Los montos pueden ser abonados con tarjetas de crédito o débito y la empresa se queda con el 17% del total.

Aunque hoy el foco está a uno y otro lado del Río de la Plata, Popey aspira a extenderse durante el próximo año a Brasil y ya recibió contactos de Perú y Colombia. Asimismo, iniciarán en estos días una campaña para acercarle su propuesta a unos dos millones de usuarios por las redes sociales . «Este es nuestro sueño -dijo Cleffi- y estamos preparados para luchar por él.»

 Popey fue lanzada en Uruguay y la Argentina. Foto: LA NACION / Santiago Hafford / Enviado especial

 Por ahora, Popey funciona en la Argentina y Uruguay, pero existe interés de otros países.

 

 

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