En esta época del año, muchas personas eligen vacacionar en diversos puntos del país y en el exterior. Para que el viaje sea un disfrute, resulta muy importante tomar los recaudos correspondientes acordes a cada lugar elegido. Uno de los cuidados a considerar es la protección contra la fiebre amarilla. Por este motivo, el Grupo SanCor Salud difunde las recomendaciones necesarias reafirmando la importancia del cuidado de la salud.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral que se transmite mediante la picadura de ciertas especies de mosquitos infectados, común en las zonas tropicales de África y América Latina. El término “amarilla” alude a la ictericia que presentan algunos pacientes. Puede ser grave y no tiene tratamiento curativo, pero, lo trascendental, puede prevenirse. ¿De qué forma? La vacunación es la medida preventiva principal, ya que es segura, accesible, muy
eficaz, y una única dosis es suficiente para proporcionar inmunidad y protección de por vida. Para destacar:
La inyección brinda protección a partir de los 10 días de aplicada.
Después de los dos años de edad, una dosis es suficiente de por vida.
Existen contraindicaciones para algunas personas, por lo que se recomienda consultar previamente a un médico.
Además de la vacunación, las personas pueden adoptar ciertas conductas que contribuyan a atenuar (y evitar) la enfermedad:
Usar repelentes en abundancia renovando la aplicación, especialmente si se estuvo en contacto con agua.
Colocar mosquiteros en las viviendas.
Eliminar los recipientes que puedan acumular agua.
Al aire libre, utilizar ropas claras y de mangas largas y pantalones largos para evitar las picaduras de mosquito.
Tener mosquiteros, aire acondicionado y/o ventilador en el lugar de hospedaje.
La transmisión se produce por la picadura de ciertas especies de mosquitos infectados. No se transfiere a través del contacto personal o de objetos. Para tener en cuenta: las personas de mayor edad y los más pequeños, tienen mayor riesgo de presentar una enfermedad grave.
Los síntomas comienzan con mucha fiebre, escalofríos, dolores de cabeza y musculares, pérdida de apetito, náuseas y vómitos. De acuerdo a la información de los especialistas, en muchos casos, las formas graves causan hemorragias, insuficiencia hepática y falla orgánica múltiple. Por lo que, ante la presencia de alguno/s de estos síntomas, es indispensable realizar (con urgencia) una consulta al médico y no automedicarse.
Según el Ministerio de Salud y Desarrollo Social deben vacunarse, por un lado, los residentes argentinos en zona de riesgo (Misiones, Formosa, Corrientes, Chaco, Salta y Jujuy) salvo menores de 6 meses y embarazadas, entre otras excepciones. Por otro lado, corresponde que se vacunen aquellas personas que viajan a zonas con circulación de fiebre amarilla o a países que exijan la vacuna a los turistas para ingresar. Siempre, en todos los casos, se debe contar con el aval de un profesional de la salud.
Fuente:
https://www.argentina.gob.ar/fiebreamarilla/que-es
https://www.argentina.gob.ar/fiebreamarilla/vacuna
https://www.argentina.gob.ar/vacunarse-contra-la-fiebre-amarilla
https://www.who.int/topics/yellow_fever/es/
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/yellow-fever