La existencia de Diego Licenblat tenía todos los ingredientes de una vida feliz: conducía una exitosa empresa dedicada a los efectos especiales con más de 20 años de trayectoria, era un referente de su rubro en la región -incluso, compartió cartel con Quentin Tarantino- y tenía una familia que lo apoyaba a sol y sombra. Pero algo no andaba bien.
Su compañía prosperaba, sí, pero cada pequeño triunfo parecía cobrarse un poco de su salud. Con apenas 42 años, los malos hábitos alimenticios que había adquirido a causa de su excesiva devoción por el trabajo lo transformaron en un obeso mórbido con una diabetes que lo obligaba a inyectarse insulina y tomar nueve pastillas por día. Su doctor le dijo que, a ese ritmo, estaría muerto en cuatro meses. Su historia no es una excepción.
Una encuesta sobre clima laboral realizada por Vistage, una organización que reúne a CEO y ejecutivos de pequeñas y medianas empresas de todo el país, detectó que un 61% de las 202 personas relevadas estaban satisfechas con la cantidad de horas que le dedican a su trabajo, mientras que un 29% dijo sentirse regular y un 10%, mal.
Además, el 94% manifestó que disfruta mucho o algo de su trabajo, mientras que un 97% afirmó sentirse productivo. Sin embargo, los resultados se tuercen a la hora de discutir el nivel de estrés: el 84% dice experimentarlo en el día a día .
«Creo que el nivel de estrés tiene que ver con el desbalance de la vida personal y profesional», dijo a LA NACION Carlos Scott, chairman de Vistage. «Si bien pueden estar una cantidad razonable de horas en el trabajo, arrastran problemas que viven a diario y les hacen perder calidad en el tiempo que pasan con sus familias», agregó.
«La realidad es que las situaciones de estrés surgen de todos lados: desafíos inesperados con un cliente, situaciones con empleados, pagos que se atrasan y te complican el cashflow«, cuenta Alberto Patrón, CEO de Condor Technologies. «En un principio me peleaba con ellos y me preguntaba ¿por qué me pasa esto a mí?»
Con él coincidió la endocrinóloga Laura Maffei, dueña de Maffei Centro Médico, para quien «no tener estrés no existe». «Hay muchos escenarios en que se puede activar, como cuando no me pagó alguien y tengo pendiente abonar los sueldos de los empleados», ejemplifica.
Conectados
El estudio detalla hasta qué punto muchas de las personas en posiciones gerenciales tienen dificultades para desconectarse del trabajo luego de abandonar la oficina. En ese sentido, reveló que el 93% de los encuestados responde siempre o a veces las consultas por temas laborales una vez que terminó la jornada de trabajo, y que el 61% duerme todo el tiempo con el celular prendido.
Para muchos, desconectarse no resulta nada sencillo. «Depende bastante de la situación», comentó Patrón. «Hay situaciones complejas y críticas que uno inevitablemente lleva a la casa y entonces, apenas cruzo el umbral de la puerta, mi mujer me pregunta qué me pasó», describió.
Maffei afirmó que para ella es una tarea compleja, pero no imposible. Y advirtió: «Uno tiene que tomar la decisión de no abrir la computadora, dejar el celular en la mesa de luz, tener espacios, como los momentos de las comidas, en los que no se responden llamados. No siempre es sencillo, especialmente cuando uno está estresado, porque eso activa un pensamiento reverberante y uno tiene que hacer un esfuerzo para decir basta y pensar en otra cosa».
El desafío de delegar
«Insistimos en que una manera de solucionar este desbalance en la vida laboral y personal es profesionalizando las empresas. Esto implica sacarse de encima una serie de decisiones operativas que deberían estar delegadas en gente que pueda ser capaz de resolver estas situaciones», añadió Scott. Pero la mayoría de los entrevistados admite que es más fácil decirlo que hacerlo.
«Todo el mundo habla de la importancia de delegar tareas, pero en una pyme no siempre tenés esa posibilidad», dijo Maffei. «Implica una pérdida de control y eso estresa, darle lugar a otra persona es un proceso y hay que trabajar mucho sobre eso.»
En el caso de Licenblat, quien recuperó su peso ideal luego de un extenso tratamiento, delegar fue parte de su proceso de sanación, aunque sostuvo que es un compromiso arduo: «Fue y sigue siendo muy difícil porque obviamente a uno le gustaría que se hagan las cosas como uno quiere y eso no siempre es posible. Además, muchas veces los clientes o proveedores quieren tratar directamente con el dueño o responsable de la empresa», señaló.
«Es un aprendizaje -afirmó Patrón-. Fui entendiendo que hay maneras distintas a las mías de hacer las cosas y que pueden ser igual o más efectivas. Por eso busco que haya gente en la empresa que haga las cosas mejor que yo».
Tiempo propio (y compartido)
Entre las recomendaciones para recomponer el balance de los mundos laboral y personal, Vistage alienta que los líderes empresariales dispongan de tiempo a solas o de recreación. Según el reporte, el 43% prefiere dedicarlo a hacer deportes como fútbol, tenis, golf o pesca y solo un 31% lo destina a familias y amigos. Actividades recreativas como leer, meditar y descansar, mirar películas o series y escuchar música, entre otras, interesan al 15% del total.
«Hoy en mi agenda, así como marco diferentes reuniones que tengo, cuatro veces por semana arreglo un encuentro conmigo. Ese espacio tiene el mismo peso que una reunión impostergable», afirmó Licenblat. En este marco, dijo que tiene muchísimas actividades que lo «liberan», como las esculturas que realiza (llegó a exponer en ArteBA), la guitarra y un nuevo pasatiempo: salir a andar en motocicleta.
El 95% de los encuestados también dijo disfrutar mucho o algo del tiempo que comparte con los miembros de su familia, mientras que el 48% manifestó sentirse regular o mal con la cantidad de horas que efectivamente pasa con ellos.
«La música para mí es mágica y luego está el resto de los hobbies, la fotografía, el cine y, por supuesto, viajar», relató Patrón. «La familia también es un gran apoyo. Tengo nenas chicas y la inocencia, el cariño y el recibimiento al grito de ?¡papá!’ logra, en general, exorcizar la mayor parte de las preocupaciones que traigo del trabajo», sostuvo.
El escritor Alain de Botton dijo que «no existe una cosa como el equilibrio entre el trabajo y la vida. Todo por lo que vale la pena luchar te desequilibra».
La frase resuena especialmente para todos esos emprendedores que, a diario, buscan el balance capaz de brindarles la armonía que tanto necesitan.
84% ESTRÉS
De acuerdo con el reporte, una gran parte de los encuestados padecen estrés por temas laborales. El 24% dijo sentirse muy estresado y otro 60% aseguró sentirse medianamente estresado
Una encuesta realizada por la organizaciónVistage a 202 líderes, gerentes y dueños de pequeñas y medianas empresas, detectó problemas para llegar a un equilibrio entre los mundos personal y profesional. Foto: Archivo