Expertos opinan que el segmento de las pequeñas y medianas empresas se consolidará como uno de los estratégicos de la Argentina

Emiliano Merenda y Virgilio MayolDirectores Corporate & Investment Banking de Max ValoresHa sido demostrado en cuantiosos estudios que el crecimiento y el desarrollo de las economías debe ir acompañado con un mercado de capitales pujante, que dé acceso a los inversores a instrumentos financieros diversos y donde las compañías puedan acceder a financiación de mediano y largo plazo (sea a través de emisiones de deuda) y a integración de capital (vía emisión de acciones). De esta forma, dichas compañías pueden planificar sus flujos de cajas, sus inversiones y sus expansiones con certidumbre, analizando la evolución de su industria y su negocio dentro de un contexto macroeconómico predecible. En otras palabras, con una macroeconomía sana y controlada, la microeconomía toma relevancia y dentro de ella, las empresas pueden planificar sus estrategias y elegir la estructura óptima de sus pasivos.

En Argentina, lamentablemente, esto no ha sucedido en su historia reciente. Las empresas han puesto más foco en los impactos macroeconómicos, debido a que las crisis recurrentes las llevaban a replantear sus negocios antes de que puedan pensar en el mediano y largo plazo, en la microeconomía o en optimización de costos y beneficios. Simplemente, había que sortear la nueva crisis que se avecinaba en cinco o siete años.

Imaginemos una empresa mediana, que confía en las autoridades de turno y prevé una expansión económica en un sendero de mediano de plazo. Dicha compañía quiere acompañar esa expansión invirtiendo en nueva maquinaria o nuevas áreas de negocio. Para ello debe afrontar un desembolso de dinero importante. Sin acceso a financiamiento de mediano o largo plazo, dicha inversión puede afectar su flujo de caja de corto plazo, ya que pierde capital de trabajo. Es decir, que sus pasivos serían de muy corto plazo, sin alternativas de poder mejorar los vencimientos de deuda. Es allí donde la previsibilidad macroeconómica y el desarrollo del mercado de capitales juegan un rol fundamental en la planificación de las compañías..

Etapas

¿Qué ha sucedido con el mercado de capitales en Argentina? El mismo ha pasado por varias etapas, desde la liberalización y apertura extrema de los mercados hasta cierres totales. En el medio, hubieron periodos donde los llamados “Institucionales” argentinos (fondos comunes de inversión, compañías de seguros, fondos de retiro y jubilación, etcétera) se vieron obligados a invertir su liquidez de acuerdo a parámetros fijados por una determinada normativa.

Dentro de esta historia argentina, uno de los grandes objetivos de todos los gobiernos de turno fue poder lograr el acceso de las PyMEs (grandes impulsoras del empleo y del desarrollo de las economías regionales en cualquier economía del mundo) al financiamiento de mediano y largo plazo, ya sea a través de bancos o a través del mercado de capitales.

La forma de subsanar este tipo de carencias fue mediante la coerción, es decir, que el Estado obligó a los bancos y a los inversores institucionales a invertir parte de su liquidez en el segmento de pequeñas y medianas empresas (PyME).

En 2012, a través de una normativa del BCRA, los bancos que ostentaban más del 1% de los depósitos debían destinar al menos el 5% de sus préstamos a PyMEs a tasas muy por debajo del mercado. Estas fueron conocidas como LIP (Líneas de Inversión Productiva por sus siglas), las cuales actualmente se encuentran en niveles del 17% de tasa. Por el lado de los institucionales ocurrió algo similar, donde la Superintendencia de Seguros, obligó a las compañías de seguros en invertir al menos un 3% de sus fondos líquidos en activos denominados PyMEs. Con estas dos normas, la demanda de activos PyMEs estaba creada.

Estas normativas ayudaron a desarrollar una variedad de productos que comenzaron a introducir a unas pocas PyMEs en el mercado, a través de descuento de cheques de pago diferido en pesos, descuento de pagarés en pesos y en dólares, valores de corto plazo, fideicomisos financieros, obligaciones negociables, oferta pública inicial de emisión de acciones, etcétera.

A pesar de que la demanda de activos PyMEs estuvo creada, la misma se direccionó a líneas bancarias de mediano plazo y descuento de cheques de muy corto plazo. El mercado de capitales y el largo plazo seguía sin aparecer.

Si bien ha habido normas y leyes que ayudaron en dicho objetivo en los últimos años, estas fueron deficientes. Desde 2003 hasta 2015, sólo han accedido a tomar deuda en el mercado de capitales unas 60 PyMEs (de un universo total de aproximadamente 700.000) a través de emisiones de obligaciones negociables para el segmento PyMEs, con un régimen algo más laxo, pero que no subsanaba los principales problemas del acceso al mercado de capitales.

Uno de las grandes cuestiones del acceso es que las PyMEs deben reunir una gran cantidad de información y acomodar sus balances y libros de acuerdo a las normas. Esto es un gran punto a favor, ya que obliga a las PyMEs a “ordenarse” administrativa, contable y financieramente, lo cual resulta estratégico para su desarrollo. Sin embargo, también es su gran deficiencia, ya que esto implica recursos y tiempo con los que las PyMEs no cuentan. Es en este escenario que el actual Gobierno impulsó mediante la resolución de la Comisión Nacional de Valores Nº 696, un esquema simplificado y garantizado para que las PyMEs accedan al financiamiento vía el mercado de capitales.

Esta nueva regulación tiene vida desde el 15 de Junio del 2017, y se apoya en la calificación de riesgo y las garantías o avales que pueden otorgar las Sociedades de Garantía Reciproca (SGR), entidades financieras y/o fondos de garantía. Con dichas garantías las PyMEs ya no tienen obligación de presentar esa gran cantidad de información que exigía la CNV en sus regímenes anteriores. En lo que va de estos casi seis meses, ya han emitido en el mercado de capitales 14 PyMEs y están listadas para salir otras 33. Esto da un total de 47 PyMEs con acceso al mercado de capitales en 6 meses (comparado con las 60 PyMEs del régimen anterior en 12 años). No se puede hablar aún de éxito del régimen, pero si de un gran avance.

Las empresas que han podido emitir son de diversos rubros, y lo hicieron tanto en pesos a tasa variable (Badlar + Spread) como en dólares a tasa fija, donde los costos totales fueron comparativamente más eficientes que el financiamiento vía el sistema bancario.

Perspectivas

Creemos que 2018 será un año donde el actual Gobierno irá reduciendo subsidios y cancelando normativas de forma de acomodar las tasas y los plazos para que las PyMEs continúen con su acceso a la financiación en el mercado de capitales.

Eso por ello que creemos que las PyMEs acelerarán su incursión dentro del mercado de capitales, y se consolidarán como uno de los segmentos estratégicos de Argentina, tomando la relevancia que siempre merecieron tener en nuestro desarrollo y matriz productiva.

Fuente: La Gaceta

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