Alejo Nitti cofundó TOMS Shoes, la marca que factura USD 500 millones por año y que convirtió en fashion y global al tradicional calzado gauchesco

Alejo Nitti (37) es uno de los cerebros detrás de TOMS Shoes, la marca que hizo del tradicional calzado gauchesco argentino un ícono de la moda entre las celebrities de Estados Unidos. Esta marca global que nació en 2006 y tiene a la bandera celeste y blanca como logo, factura USD 500 millones por año y alcanza un valor de mercado de unos 700 millones de dólares.

Pero en medio del boom de crecimiento de su negocio, Nitti dijo «hasta acá llegué». Vendió su millonaria participación en la empresa y volvió a la Argentina en busca de nuevos desafíos. Quiere disfrutar de su familia, volver a sentir cosquillas en la panza con nuevos emprendimientos y también, claro, jugar al polo. Después de todo, detrás del deporte de los tacos, su gran pasión, está el origen de su éxito en los negocios.

Seguramente porque vivió mucho tiempo en el exterior y su marca nunca se vendió formalmente aquí, Nitti no era un emprendedor muy conocido a nivel local. Ahora, con nuevos proyectos, comienza a tener relevancia.

El año pasado fue invitado al Coloquio de IDEA y disertó en el panel «Surfeando la ola del cambio». Allí contó su visión sobre el mundo de los negocios y dio algunas pistas de sus nuevos proyectos. Mal no le va en este «volver a empezar»: sus compañías, englobadas en el Grupo Cuatrounos, que funciona en un edificio de cinco pisos en Palermo Hollywood, ya facturan unos $ 400 millones por año. Y va por más.

Son cuatro por el momento los proyectos de Nitti. Aleani Travel es la agencia de turismo corporativo tradicional que compró en 2013, y a la que luego le anexó otra empresa de eventos. «Es un negocio que crece 70% por año, y su facturación aumentó de $ 6 millones, cuando me hice cargo, a $ 350 millones en 2017», detalla.

Hace un año y medio, además, pasó a ser el accionista principal (con más del 80% de participación) de Idea.me, el sitio de crowdfunding argentino que ya consiguió financiamiento colectivo para más de 2.600 startups. La plataforma que fundaron Eduardo Costantini (h) y otros socios, está en plena etapa de reconversión y factura unos $ 5 millones por año.

El año pasado fue invitado al Coloquio de IDEA y disertó en el panel «Surfeando la ola del cambio». Allí contó su visión sobre el mundo de los negocios y dio algunas pistas de sus nuevos proyectos. Mal no le va en este «volver a empezar»: sus compañías, englobadas en el Grupo Cuatrounos, que funciona en un edificio de cinco pisos en Palermo Hollywood, ya facturan unos $ 400 millones por año. Y va por más.

Son cuatro por el momento los proyectos de Nitti. Aleani Travel es la agencia de turismo corporativo tradicional que compró en 2013, y a la que luego le anexó otra empresa de eventos. «Es un negocio que crece 70% por año, y su facturación aumentó de $ 6 millones, cuando me hice cargo, a $ 350 millones en 2017», detalla.

Hace un año y medio, además, pasó a ser el accionista principal (con más del 80% de participación) de Idea.me, el sitio de crowdfunding argentino que ya consiguió financiamiento colectivo para más de 2.600 startups. La plataforma que fundaron Eduardo Costantini (h) y otros socios, está en plena etapa de reconversión y factura unos $ 5 millones por año.

De su propia experiencia y de la relación tan cercana con los emprendedores y sus necesidades, nació otra de las iniciativas de Nitti: Elevenme, una red nacional de mentores. «Es como un ‘Endeavor popular’, para que proyectos más chicos también reciban ayuda y asistencia», define. La idea es diseñar metodologías y estrategias para esta red de 400 expertos que impulsará el Ministerio de Producción de la Nación y que pretende llegar 2.000 emprendedores de todo el país a través de 22 centros.

Pero su gran proyecto es Upate, una nueva plataforma de turismo on line.

–¿Hay lugar para otra empresa de este tipo, habiendo gigantes como Despegar, AlMundo y otros?
–Sí, hay lugar. El mercado crecerá a un 20% anual hasta al 2020. Y la migración del mercado turístico tradicional al online será de 70% por año. Además, hay que dar buen servicio. Algo que nadie hace. Y nuestra expectativa inicial es conservadora: alcanzar el 2% del mercado en el primer año.

El negocio también seguirá los lineamientos de «One for One», la iniciativa solidaria que Nitti diseñó con Blake Mycoskie, su socio en TOMS Shoes: por cada par de alpargatas que venden, donan otro. La idea, que ya entregó decenas de miles de pares en países como Argentina, Etiopía, Ruanda, Sudáfrica, Guatemala y Estados Unidos, entre otros, recibió el premio al emprendedor del año 2009 en EE.UU., un galardón que les entregó Hillary Clinton. En el caso de Upate, cada USD 100 que venda la compañía, se aporta 1 kilómetro en salud o educación. Por ejemplo, ese monto puede ser destinado a hospitales móviles que recorren el país, o a contratar autos que para que viajen chicos discapacitados en zonas de difícil acceso. Además, Nitti asegura que está armando un «super equipo» para Upate. «Va a venir a vivir al país mi amigo David Loaiza, un ex JP Morgan que es una de las 10 personas del mundo que más sabe de big data y data science. En la parte publicitaria, estamos trabajando codo a codo con Carlos Baccetti; y hay más nombres que ya iremos contando», promete.

itti se recibió de contador en la Universidad de Morón e ingresó después a Arthur Andersen, pero no pudo seguir el mandato familiar (papá, ingeniero; mamá, química) de ser un profesional de carrera: el mundo de las consultoras y los trajes no eran lo suyo. Duró poco y se zambulló en lo que más le gustaba, lo que había aprendido a disfrutar desde chico en el campo que su familia tiene en Moreno: el polo.

Modesto jugador –4 de handicap, entonces; 1, ahora–, buscó muy rápido nuevos rumbos y llegó a Escocia. Allí no sólo jugaba, también vendía insumos para el deporte. Todos los años, en la contratemporada, Alejo regresaba al país para seguir haciendo negocios vinculados con los caballos. Esta vez, enseñarle polo a turistas en su campo.

Así, en el verano de 2006, conoció a Mycoskie, un joven estadounidense que estaba en el país como turista. Había conocido la Argentina algunos años antes, cuando pasó con el reality de la CBS «The Amazing Race». Blake corría con su hermana Paige y no ganaron el premio de USD 1 millón porque llegaron cuatro minutos tarde.

Alejo y Blake congeniaron muy rápido. Como llovía y no podían jugar, charlaban mucho. «Le regalé alpargatas. Él nunca había visto un calzado así. Muy rápido, en esas charlas, surgió la idea de venderlas en EE.UU.», cuenta Alejo. Así, en un galpón de campo, aburridos, mientras llovía, nació TOMS. El nombre se le ocurrió a Blake y es una abreviatura de Tomorrow Shoes.

Ninguno sabía nada del negocio, pero aprendieron: telas, suelas, matricerías, fábricas locales. Alejo vendió seis yeguas y puso US$ 40.000 para arrancar. Su socio, otro tanto. Había que diseñarlas cancheras y muy coloridas.

Fabricaban en la Argentina y vendían cada par a USD 32 dólares en EE.UU. El business plan fue solidario desde el vamos: por los costos, decidieron que por cada par vendido a ese precio iban a regalar otro. Así nació el modelo «One for One».

Alejo hacía malabares con la fabricación y Blacke aprovechaba sus contactos en Los Ángeles. Las TOMS explotaron. Comenzaron a aparecer en los pies de estrellas como Ann Hathaway, Paris Hilton, Emma Stone, Joe Jonas, Tom Felton, Keira Knightley y Scarlett Johansson, entre muchos otros.

En el primer año facturaron USD 1,8 millones. Vendieron 10.000 pares y donaron lo mismo al Comedor Los Piletones, de Margarita Barrientos, y a colegios de Misiones. TOMS no paró de crecer y tuvieron que correr a contratar grandes agencias de publicidad y a ejecutivos de marcas como Nike para que operen el negocio.

Además de alpargatas comenzaron a vender anteojos, bolsos e indumentaria, pero el negocios tenía que escalar aún más. A mediados de 2014, comenzaron a negociar con Bain Capital, un fondo con inversiones en gigantes como Burger Kings y Staples que fundó el ex candidato a presidente de EE.UU., Mitt Romney. Finalmente, Bain compró por USD 300 millones el 50% de TOMS. En el medio de ese proceso, Nitti vendió su parte y dejó la compañía. No revela la cifra, pero fueron millones. Su socio se quedó con la otra mitad del proyecto.

–¿Por que te bajaste de semejante éxito?
–Se cumplió un ciclo. Esa es la verdad. Ya no me divertía: viajaba por todo el mundo porque estaba a cargo de operación y quería estar más tiempo con mi hija Agostina, que era muy chiquita entonces. Además, no había espacio para ser accionista cuando entró el fonabía dejado de ser mi emprendimiento para ser una empresa global.

–¿Alguna vez te arrepentiste?
–Nunca. Tengo proyectos que son super desafiantes y juego al polo las veces que quiero (risas). Tengo 1 de handicap y estoy montado con caballos del Abierto, ¡qué más quiero!

–¿Hablás con Blake?
–Sí, seguido. Pero nada de alpargatas, ni números, ni negocios. Hablamos de la vida, de la familia.

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